Después de 5 años al aire en Frecuencia Latina, Jaime Bayly se despide, lo despidieron o renunció. Quizás incluso una mezcla de todas las anteriores. Una lástima porque a pesar de que su programa no siempre es inspirado, la presencia del tío terrible de la tele peruana le hace bastante bien al medio.
Durante todo este tiempo, Bayly ha demostrado su talento para la pantalla chica. No sólo es un muy buen entrevistador, sino que cuando no entrevista es capaz de mantener la atención en un monólogo, a veces incluso durante horas. Claro, que esto no es siempre así y a en los últimos tiempos (en los que jugó un papel importante para la campaña a la alcaldía de Lima) no pocas veces ha resultado bien aburrido repitiendo cantaletas sobre Cataño y demás. No es que esté mal dicho sino que ya repetir lo mismo mucho aburre.
Pero lo que en todos los casos siempre ha tenido es una importante capacidad para ver las cosas de manera sencilla y coherente. Con sentido común que lamentablemente es menos común de los sentidos, sobre todo en la televisión nacional. Esa capacidad, además de estar tan bien sintonizado con la política nacional en todos sus niveles (desde Alan García hasta Tongo son parte de su círculo) lo hacen un personaje necesario en la tele.
No es extraño entonces imaginar que más de uno lo quiera fuera de la contienda electoral que está comenzando. Y quizás más increíble sea que ningún canal lo tiente a salir al aire nuevamente. Es como para pensar cuál es el negocio de la tele si es que un personaje con rating seguro no es contratado casi de inmediato. Misterio.
Tampoco es incoherente la tesis que el propio Bayly presentó en su programa en el sentido de que la alta dirección del canal está interesada en congraciarse con los poderes políticos, ahora que se avecina la campaña presidencial.
Ahora, es increíble que Frecuencia Latina sea un ambiente tan inestable para sus figuras en pantalla. ¡Cuantos protagonistas ha perdido en este último año! Y siempre con escándalos, renuncias en pantalla, peleas y demás. Ahora, no podemos decir que tiene una antena caliente como para que pueda asimilar estas pérdidas como si nada. La verdad que da mucho que pensar en términos de acomodos políticos, desorganización y falta de dirección de la empresa. Sobre todo cuando el problema principal en este caso son las declaraciones desmesuradas, no editoriales de un personaje que brilla justamente por ese tipo de declaraciones.
Por lo demás, todo lo dicho por Bayly siempre ha sido en forma de opinión o comentario personal. Nadie él asume responsabilidad, incluso desde su contrato con el canal, tal como lo reveló ayer Rosa María Palacios en su Programa. Bayly es bastante cuidadoso (para el promedio de la tele peruana) a la hora de acusar y siempre, siempre matiza sus opiniones acertadas o no con el humor. Ésa es(era en realidad) un arma formidable para el Francotirador.
Bueno, la campaña que viene será menos divertida sin Bayly. Eso sí, lo mejor del Francotirador ha sido cuando ha primado en el programa el entrevistador, el conversador. Si bien se hace más historia y se mueven más intereses por la política y más en elecciones, el mejor Bayly es el que vimos en su último programa. Sus entrevistas fueron amenas e interesantes, conocimos mucho más a quienes fueron al programa y un poquito más de Jaime. Ése es el francotirador que más extrañaremos.
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